sábado, 26 de marzo de 2016

La primera vez que te hablé

La primera vez que te hablé: supongo que es así como debería comenzar.
La primera vez que te hablé yo estaba sola, y no me complementaba; sentía constante vergüenza y todos hablaban sobre mí a causa de la incomodidad ante algo nuevo, algo distinto, venidero de otros sitios, con otras costumbres, extraña.
La primera vez que te hablé yo no pretendía entablar una amistad contigo, te hablé por intereses, necesidades de la juventud.
La primera vez que te hablé no me revisaste con la mirada, tampoco hiciste énfasis (como todos los demás) en mis notables daños.
La primera vez que te hablé sonreíste gigante y bastó.
La primera vez que te hablé tú no sabías sobre mí, me desconocías por completo y aun así: sonreíste gigante.


Gracias por sonreír gigante la primera vez que te hablé.